Es absurdo mentir. No siempre es fácil acertar. Tenemos un montón de cuestiones pendientes. Asuntos peliagudos que nos obsesionan. Pequeñas delicias que nos mantienen despiertos. No todas las podemos compartir. Al menos no aquí. Este fin de semana, sin ir mas lejos, nos hemos pegado una buena party relax en Cardedeu con un Pionero de la vieja escuela y, (nunca sé bien como definir a esas personas con quienes compartimos nuestra intimidad), su compañera sentimental. Hemos vivido una serie de gratificantes experiencias que dudo os puedan interesar. Aunque quisiera remarcar que Joan Forns, (el hombre de la foto), subvenciono parte del devaneo distenso del que disfrutamos, causandonos, sea dicho de paso, una conmoción de tierna calidad. Visto con la distancia es curioso observar como nos aferramos a lo nuestro cuando nos encontramos alejados de lo que para nosotros es cotidiano. De nuevo en la metrópolis, el bajón de la cafeína confirmó nuestros presentimientos. Al menos los míos. Soy un adicto al jaleo, al gris ciudad, al plástico neon, a la polución de metal, al cotarro urbanita, al mamoneo hacendado, a la riña de corral diaria. Barcelona me tiene cautivado. En otro orden de cosas, no tengo nada más que decir.
El mamoneo hacendado.
ResponderEliminarMe suena ese hombre. Quizá fuimos al mismo colegio de Cardedeu, el Bell-lloch. Los hermanos Forn eran muy gamberros.
ResponderEliminar...(mamoneo hacendado) Costellada capitalista
ResponderEliminarA Hacendado le falta un momento Carte d'Or para poder estar verdaderamente allí donde se acaba el asfalto.
ResponderEliminarOs veo muy enchufados al verano perpétuo, a los pianitos electrónicos y a los soles translúcidos, eh, alarmitas con eco y xilófonos en la pista tres, disco Subiza, el verdadero mamoneo.
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