Ain't no Party like a Private Joy, 'cause a Private Joy don't stop!... Os puedo asegurar que no recuerdo una Private Joy como la ultima que hemos celebrado este fin de semana. Más de 48 horas de lujuría sin freno. Ha sido salvaje. Metralla en estereo. Degustando cada sesión como si fuera la ultima de nuestras vidas. Muy intenso. Café tostado extralargo. En progresión aritmética. El groove en los intestinos. Con el flow a trote suelto catapultándonos hacia la cima. Allí donde los sicarios del funk reparten a diestro y siniestro. Sintiéndolo en la piel el puro feeling desbocado. Una experiencia maravillosa en formato panorámico. Sin movernos del sótano. Como no podía ser de otra manera. Nos hemos dejado la piel para entenderlo que no había nada que comprender. Así son las Private Joy en la Mothership. Nunca sabes que te puedes encontrar, aunque siempre sabes que no lo saciaras. El placer en tus nalgas. Fantasía vísceral. Pura adicción. Y luego más. No lo puedes ver el final. No lo quieres. Se convierte en una necesidad. Por esa razón ya estamos trabajando para empezar bien el año nuevo. Si no nos fallan los cálculos, el sábado, 8 de Enero del 2011, volvemos a enchufarnos.
Roof!
ResponderEliminarCOCAINA COCAINA COCAINA COCAINA... GO.
ResponderEliminarLa fariña no! ...eso no ...solo P-Funk! ...P-Funk dentro... aprentando fuerte...
ResponderEliminarUna crónica ajustada a la realidad más extrema. La mejor fiesta del año.
ResponderEliminarTengo la tanga humeda...
ResponderEliminar...sin lugar a dudas ...la mejor Private Joy del año ...irrepetible!
ResponderEliminarNievas, ponte una esponja....
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