Se supone que la entrada está dedicada a los superhéroes caseros y sus costumbres. Pero como no hay mucho que decir, hemos optado por darle fuerte al vino y comentar la jungla por la que andamos a machetazo cubano. Entiéndase, ATREVETE, KEN. Ayer nos reunimos con Esteban, (el chico maravillas de los Venga Monjas). Estuvimos rememorando viejos videos y parafraseandonos. Al final fue muy divertido. Muy humano. Incluso para nosotros, que somos gente de mal, de los que trafican con la violencia y se inyectan la rabia antes de salir de casa. Para nuestra sorpresa, despues de la reunión, nos descubrimos con la sana voluntad de convertirnos en gente de bien. Vaya shock. Llevamos toda la noche dandole a la olla. En cierto sentido acojonados. Es un sentimiento extraño, ajeno a nuestras necesidades, que sin embargo, nos complace. Y mucho. Eso en parte se lo debemos a los Venga Monjas. Nos han abierto los ojos. Sí señor. Lo malo es que justo ahora que aprendemos a parpadear, va y se largan a Madrid. Reconocemos que es una jugada maestra. Un jaque a la dama con opciones. Sea como sea, de momento solo podemos advertir que los echaremos en falta. Dígase además, que tenemos miedo. Miedo que todo este bien se vuelva en nuestra contra. Aunque es tanta la felicidad que nos han contagiado, que merece la pena intentarlo. En cuanto a la foto de la super mujer fatal, lo dicho. El concurso sigue abierto. Carlos de Diego no hace más que acumular candidatos y grandes premios. Esperamos con delirio vuestras ocurrencias.
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