Durante los rodajes, el perfil del segador se adivina, nunca se hace evidente, (al menos durante el rodaje de Atrévete Ken). Sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías, el misterio muere, obligando al dueño de la guadaña a permanecer oculto tras un velo de mortalidad versátil. Para ello, éste debe de agudizar sus sentidos, estar siempre atento, diestro y escurridizo, como un zorro a pocos metros del gallinero.
Unas vez más, tras observar con atención las evidencias crípticas, podemos descubrir la sinergia que genera la figura casi humana, el tótem sagrado, el búho catalán, mientras elabora una estrategia sincera pero efectiva. Su poder nos hipnotiza con cautela, nos somete con elegancia, y de no ser por la excitante satisfacción, se diría que nos esclaviza hasta el punto de olvidar la nicotina.
Anótese que esperamos que sea la primera y ultima vez que ven a Carlo Hart bebiendo coca-cola. Hecho que todavía mas, nos asusta mucho. Carlo NUNCA antes había bebido coca-cola. Antes tampoco bebía vino, ni Martini Seco. Ahora lo hace siempre, menos cuando bebe café con hielo. No se si me entienden. Nos asusta este cambio de comportamiento. Atreve Ken, el rodaje de Atrévete Ken a sido brutal, incisivo. A todos nos a cambiado un poco. Pero en el caso de Carlo, los cambios se han sucedido de fuera a dentro. Su novia me confesaba hace unos días, que desde que termino el rodaje le desaparece tabaco, paquetes enteros de tabaco, y que Carlo casi nunca esta en casa, que solo se pasa por allí cuando ella esta durmiendo. Lo puede oír, pero nunca lo ve. Dice que a veces deja restos de comida, pequeñas manchas imperceptibles para el ojo masculino, aunque por norma es muy limpio y ordenado. De hecho, solo le preocupa que de vez en cuando se despierta al oir su voz, la de Carlo, pregonando insultos en voz baja desde el otro lado de la puerta del dormitorio. Esto no seria alertante, (podría tratarse de los típicos problemas entre parejas), si no fuera por que Jordi G. y De Diego, tambien han detectado ciertos sintomas anomalos. Por ejemplo, despues de hablar con ellos, incluso antes, Carlo suele despidirse sin más, saltando por el balcon, o colandose por el hueco de las escaleras, o en su defecto, a zancada libre. Algo que sorprende y causa cierta empatía animal, pero que tambien les desencaja. Sabemos que Carlo quiere dar el salto, quiere salirse del underground, como cualquier pionero, pero hacerlo así les asusta. Yo mismo sufro sus episodios neuróticos en primera persona, por norma, los martes y los jueves, aunque tambien lo hace de forma esporádica los sábados de luna menguante, o el primer lunes de mes, me llama a las cuatro y treinta y cinco en punto de la mañana, y sin esperar mi respuesta, me deja caer una brasa que apenas puedo entender. Tambien es verdad que a veces solo me dice un par de frases inconexas, para mi, y luego se queda cayado durante un par de horas, como si estuviera fumando. No se, es un poco raro. En fin, no creo que tenga demasiada relevancia, verdad?
ResponderEliminarBueno, en realidad esa era la segunda coca-cola. desde entonces, creo que me he bebido dos más. Y me sentaron fatal, pensaba que me moría. Me sientan peor que la droga.
ResponderEliminarEs que la droga, al principio, sienta mal. Pero después gusta, vaya si gusta... sólo hay que pasar por un poblado y confirmarlo o bien ver un rato Cuatro, la cadena con más yonkis en sus emisiones (confesos y no confesos).
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