Es difícil, no lo vamos a negar, Cataluña es mucho más que una realidad compleja. Lo estamos intentando asimilar a marchas forzadas. Sin ir más lejos, el sábado quedamos con el Xavi Daura, el Jonathán Millán y el Cines. Vaya tres jinetes nocturnos!. Estuvimos de ruling toda la noche. Primero en el barrio de Gracia. Lo peor vicio. Vinacho y caipiriñas en un bareto casual. Allí, sin previo aviso, el Cines nos dejo entrever quienes lo cortan el bacalao. Estuvo a punto de desvelarnos los secretos del poder oscuro, aunque supo entender que no estábamos preparados. Luego directos a Pedralbes, sin pasar por el Frankfurt, menudo descaro. Fiesta de barrio al estilo Sant Just. Eso fue idea del Xavi, muy habilidoso en la negociación nocturna.Where You Crome? Nenas en bombachos y falsos rastafaris bailando hits atemporales. Y para rematar la dirty night, de cabeza al Kentucky treinta minutos antes del cierre. Los currantes del antro bar casi nos echan a puñetazos. Decir en su defensa que la camarera, que era amiga del Jonathán, no dejo de sonreírnos, bueno, no dejo de sonreírle. Incluso le regalo una camiseta de color verde. Nos hemos quedado con ganas de volver y averiguar que pasa cuando te quedas dentro después del cierre. Al final la confusión se apodero de nosotros, no de ellos. Ellos parecían tenerlo todo bajo control. El Jonathán nos hizo un quiebro magistral que ya venia preparando desde lejos y el Xavi y el Cines desaparecierón, dejando tras de si el eco diabólico del búho burlón. Durante unos instantes tuvímos la sensación de formar parte de algo siniestro. Algo que nos hacia especiales. Pero a los diez minutos de arrancar el coche, el hechizo de luna se desvaneció. De nuevo nuestros miedos más sinceros nos ganaban la batalla. Es difícil, de verdad, la noche catalana es muy difícil. Pero nos agrada. Ser jóvenes otra vez, no tener preocupaciones, beber vino de garrafa, hablar en voz alta, pedir prestado, examinar a las hembras, fijarnos en el tamaño de sus pechos y cruzar la calle sin mirar. Es emocionante. La próxima noche prometemos comernos un par de falafels.