Podría ser una de esas imágenes que
rondan por internet con más o me menos gracia, pero cuando la vi fue como si dieran un puñetazo en
la cara. Primero porque no lo la vi a pantalla completa, el móvil hizo un zoom
extraño. Al principio solo mostraba la cabeza de un entrenador que se giraba con
expresión de angustia.
No mostraba la mano, eso vino
después, al bajar la imagen observé la extraña danza al intentar meterse en el
bolsillo.
Luego vi la escena a tamaño
completo.
Parece una escena sacada de un
libro de Philip K Dick, de repente la realidad no está en su sitio. El bolsillo
no está donde debe de estar y se produce una vivencia inquietante, totalmente
inconsciente y automática, violenta incluso, cuyo resultado es angustia pura,
como refleja la cara del entrenador cuando se gira impotente. La mano actúa de
manera refleja, busca la apertura del bolsillo, sabe de su existencia. Por pura
de simetría, el cerebro interpreta que si la mano izquierda ha entrado en el
bolsillo sin problemas debe de haber otro simétrico para la derecha. Nuestra
cabeza funciona así. El entrenador, además, está pendiente del juego, no
sabemos si su equipo pierde, gana, tiene la pelota o está defendiendo, lo que
sabemos es que está concentrado en los detalles del juego cuando se produce el
acto extraño y real, mucho más real que la realidad que le rodea. Una vivencia
de verdad que sale a flote cuando menos te lo esperas y que se impone sobre
todas las cosas.
Pd: Para saber más. Tiempo desarticulado. Philip K. Dick. Ed. Minotauro. 2012
Y luego se retira
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ResponderEliminarangustia. pura y dura
ResponderEliminarQuizás estaba poniendo en práctica las técnicas que le enseñó el psicólogo que salía en el programa de Mercedes Milá.....
ResponderEliminarSolo pude mirar a la imagen en movimiento, sin leer, y por cuestiones de estructuración web, mi pantalla exonotérmica y otros puerreles, lo vi en un orden parecido
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